“Que bueno, por un momento no pensé” – me dijo, en un tono bajo pero de conformidad. “¿Cómo?” – pregunté confundido. “Eso, no pensé y me gustó. ¿Viste esos momentos donde caes donde estas? A veces faltan momentos así” – me replicó, y me dejó pensando, mirando el paisaje. “Que perseverancia la de las olas, no? Siempre van y van. Aunque choquen, toman impulso e intentan de vuelta” – me comentó, para rematar su momento reflexivo y dejar mi cabeza más pensativa que de costumbre.

Llega el otoño por estos lados y, después de mucho tiempo, estoy sintiendo el frío, aunque no sea en exceso. Fue un día de playa, con mates, música y un buzo para el resguardo. Cuando el sol caía y el viento se hacía sentir, empezamos a caminar sin rumbo. Las palabras eran medidas y escuetas, todo iba por dentro, en nuestra cabeza.
Subimos una colina y, después de ver la extensión de la playa desde arriba y a toda la gente yéndose de a poco a sus casas (o vaya a saber donde), nos sentamos en unas rocas a contemplar el horizonte. El viento era cada vez más fuerte pero el momento era único. Sin duda uno de los momentos del día. ¿Alguna vez jugaste a elegir tus momentos favoritos del día? Es un ejercicio interesante. Valoras el momento a momento, le encontras sentido a cosas que, si no lo pensarías, las verías intrascendentes.
Y ahi arriba estaba el sol, cayendo muy lentamente. Y ahi abajo estaban ellas, las olas, golpeando sobre los acantilados, sin intención de cesar. Ellas rompen sobre la roca con vaya a saber uno que intención. Y lo hacen una y otra vez. No se que querrán, pero buscan conseguirlo. Y no se cansan. Y siguen. Y siguen. Y siguen.
En la tierra de las oportunidades, a veces uno se sumerge en una búsqueda constante de resultados, para que después llega la calma. Pone el cerebro a trabajar, constantemente. Lo pone a pensar, demasiado. Y por eso, cada tanto, hay que salir a caminar sin rumbo. Darse cuenta que siempre hay que seguir. Siempre hay que motivarse. Y cada tanto, no hay que pensar tanto.
Una Vuelta por el Universo. Instan-taneas de Sydney. Australia