“Que es lo que tiene la ruta, que te hace nunca querer dejarla?” – me pregunto, casi sin aviso previo, con ansias de querer hacer tambalear mi realidad. “Movimiento. La ruta tiene movimiento” – le conteste, despues de varios segundos meditando. “Y tengo algo adentro que me pide moverme” – complete, casi justificandome.
Me miraba con ojos cautivantes, penetrantes, casi como queriendo entrar en mi cerebro. “La ruta no se mueve. Vos te moves con ella” – acoto. “Hace alguna diferencia?” – le pregunte. “Me lleva a donde quiero ir. Sin ella no seria nada y sin mi ella no seria ruta” – comente, en tono bajo pero seguro.
“Pero… Cuando te vas, no todos se mueven a tu ritmo. Dejas cosas atras. Personas. Momentos.” – acoto, pensativo. “Las cosas son materiales. Las personas viven en mi y se que algun dia la misma ruta que nos hizo encontrar, nos va a volver a unir. Y los momentos son mi motivacion, viven en mi memoria. Aparte… Me esperan mas personas. Mas momentos. Y, espero, menos cosas.” – le respondi, casi justificando mis decisiones.
“Algun dia se va a terminar?” – acoto, despues de un largo silencio. “El que? “- pregunte. “Esa bipolaridad. Quedarte. Para irte. Para quedarte de vuelta” – me dijo. Sus palabras calaron hondo.
Silencio. Mas silencio. “Va a llegar el dia en el que pises una ciudad sin pensar en que fecha te vas a ir?” – me pregunto, haciendome tambalear. Me tome unos minutos. Mire el mar. El azul intenso de las olas. Escuche el mar. Las olas caer y romperse. Me pare y empece a caminar. Hacia frio y estaba solo. El dialogo a solas con mi mente habia sido intenso.
“Es ese hambre de conocer, sabes?” – le respondi, mientras caminaba, con la satisfaccion de haber puesto en palabras lo que sentia. “Ese deseo de ser. Esa necesidad de recorrer. Necesitamos pisar fuerte en el mundo. Necesitamos conquistarlo. Necesitamos dejar una huella. Y otra. Y otra. Nosotros. Los viajeros.”
Una Vuelta por el Universo. Diálogos imaginarios. Sydney. Australia
